21 feb 2013

EL GRAN PASO


      Que Firpo, el compuestímo profesor, haya decido contraer matrimonio es una noticia que conmovió a varios excepto a Varzotti.

-Me lo imaginaba…
-¿Qué opinás?
-Si te gusta…
-Viejo, no es que me gusta, la quiero…¿Vos sabés lo que me cuesta a mí querer a alguien?
-Hace más de treinta años que te conozco. Lo sé.
-Por iglesia…

   Varzotti se atraganta con el apenas cortado, se limpia con la hoja de un examen recién tomado, se repone y repregunta:

-¿Católica?
-Sí, la San José
- ¿Para qué?
-Porque ella siempre soñó con la ceremonia, y el cura, y los padrinos…A mí me da igual y si a Laura la hace feliz…
-Ta, ta…
-Sos el padrino.

   Varzotti no se atraganta sino que escupe el último sorbo como si alguien le hubiera golpeado la espalda. Firpo se pasa una servilleta por la cara y le alcanza a su amigo el vaso de soda.

-Lo puedo pensar?-pregunta Varzotti con la voz agudizada por la sorpresa.
- Si lo pensás no me caso más, viejo!
-Entonces dale.¿Me pongo el azul con la corbata verdecita?
-No!, el azul sí, pero con la de rayitas que te regalé cuando titularizaste.
-¿Esa?
-Esa.
-Pero a vos te gusta?
-Si te la regalé es porque me gusta!
-No, me refiero a Laura…
-Es buena mina, macanuda…
-Entonces buscate otro que te haga de pingüino…
-No seas hijo de puta…¡Me gusta, pedazo de boludo! Me gusta!
-Hasta ahí quería llegar. Con, esa puteadita ya diste el gran paso. Ahora seguí. Pagá y prestame los zapatos negros.

8 feb 2013

Muy Natural


    
         Entre sus muchos títulos, Varzotti (acaso el último de los integracionistas)  posee uno de Profesor en Cs. Naturales.
En virtud de ello, se reproduce a continuación una interesante postura respecto de ciertas relaciones (que hizo conocer en el marco desregulado y libre de un asado con amigos):
“Uds. saben que me gustan las buenas síntesis… El reduccionismo de una mirada parcial y acotada no responde jamás a una pregunta y nadie puede esgrimir verdades absolutas… Por eso, mis queridos Lily y Mario, todo análisis sobre el amor termina siendo pobre… No por nada es tema histórico de juglares o poetas… Es un asunto con aristas infinitas, abierto, inacabado. Fíjense nomás que si abordamos la cuestión a la luz de la teoría del cerebro triuno1, se nos van a la mierda las especulaciones, las florcitas, los corazones y toda boludería que se te venga a la  mente. Porque todos nosotros, todos, le asignamos un lugar exiguo, subsidiario y accesorio a la biología… sin embargo, las ciencias naturales nos sacan de apuro y a veces son ellas las que nos cantan las cuarenta cuando nos empecinamos en laberintos de significantes… Vos Lily, te hacés cruces cuando escuchás las palabras “macho” y “hembra”  pero te digo una cosa, si te olvidás de lo biológico, estás dejando afuera algunos datos útiles para hablar de tu tema favorito, el amor. 


Nota I:  La teoría de cerebro triuno del Dr. Mclean, se basa en dividir el cerebro en 3 partes. Una primera estructura llamada REPTÍLICA, que es la que nos lleva a realizar actividades cotidianas para nuestra subsistencia: Comer, dormir, hacer el amor... Una segunda estructura llamada LÍMBICA o emocional que es la responsable de que nos emocionemos, nos enamoremos u odiemos. Y una tercera estructura denominada NEOCORTEZA, es la que nos permite pensar y soñar despiertos, así como crear cosas nuevas. 

Nota II: Luego de esa charla, aquella misma noche, Lily y Mario hicieron el amor hermosamente olvidando toda teoría y arrojándose simple y sencillamente al Deseo.

7 feb 2013

Recambios




Hay que tener paciencia para escuchar a Roberto. Quizás, los más de treinta años de amistad funcionen como antígeno, pero juro que algunas veces, cuando ni la audición flotante lo permite, quiero mandarlo al carajo.
Él mismo sabe que sus contradicciones son evidentes y marcadas, pero juega a que las dicotomías no son tales y se empeña en ensayar una personalidad lineal, metódica y conservada.
Suele cambiar de opinión en minutos, pero con ardides simula que ambos pensamientos son complementarios. Por eso, este hombre palimpsesto, muestra horrores y maravillas cuando se lo rasca un poco.
Una vez, se refutó a sí mismo cuatro veces consecutivas (en el lapso de una hora) con  dispares argumentos que dejaron a sus interlocutores en pelotas.
Sin ir más lejos, abandonó el tenis por tratarse de un deporte solitario por lo que ahora se lo ve a diario, en el club, jugando al frontón sin nada más que él, su paleta, la  pelota y una  pared.
Pero, a ver… en este instante lo tengo frente a mí. Parece convencido. No se retracta de soslayo como hace siempre. Confirma. Sostiene. Parece un tipo libre. Parece enamorado.