Primero entró ella y se lo hizo de un saque. Él, en el box
contiguo, parecía titubear un poco.
Con una sola ele. Marianela. En cursiva. Sí, con firuletes; pocos, no sea que de lejos se confunda … Porque es el amor de mi vida. /¿El primero?/No , también quise mucho a Sandra./.No, le pregunto si es el primer tatuaje./ Ah, sí, perdón, el primero y el último, eso espero./ ¿En el hombro?/.No, en la pantorrilla, por las dudas, para taparlo con la media./
¿Qué dudas?/ Por si me peleo, claro; aunque es lo mismo, ¿no?...¿en qué lugar se puede ocultar mejor, de ser necesario?/.Se lo hago en el hombro y si cambia de opinión, vuelve y se lo tacho./ ¿Se puede tachar también?! / Bueno, digamos que se lo relleno y le queda un rectángulo negro, con arabescos./ Entonces empiece en el hombro, pero asegúreme que no se notará, digo, por si estoy con otra que se pone a ver con detenimiento y empieza con “acà hay una eme”….Una cosita: ¿no hay de los que se van con el tiempo?
Parecía que Carlos no era hombre para lo definitivo: el
Deseo, la muerte y la eternidad le resultaban temas odiosos. Quizás por eso
deslizó unos billetes clamando indulgencia (mientras rechazaba delfines,
duendes y letras chinas) y se retiró, fugaz ,para meterse luego en otro local de la galería.
De oro ;redondita./¿Se la grabo?/.Sí,escriba TE AMO./ ¿Adelante?./ No, atrás!!!./¿Esta que
se ve aquí?/ Preferiría una menos gruesa, que se corte rápido…No sé... Mire,
vuelvo en otro momento, me espera el tatuador.
Y, extrañamente, Carlos se decidió:
Las comparaciones son odiosas, dice la gente, pero, ¿cuándo mi madre pidió semejantes flagelos? Nunca. Las madres son todo dar y jamás recibir”/.
Las comparaciones son odiosas, dice la gente, pero, ¿cuándo mi madre pidió semejantes flagelos? Nunca. Las madres son todo dar y jamás recibir”/.
Pudo cambiar la historia pero no lo hizo.
Con rojo, Madre va con rojo, “definitivamente”!; ¿sabía Ud.
que el rojo es color del amor? /¿Se lo hago en
el tobillo?/.Hombre! una madre se lleva en el pecho…para siempre!. Madre.
Ay!!, la D
me está doliendo./ No es nada, pasa./ Es
cierto!, ahora la E
ya ni la siento.
La madre no tardó en cicatrizar y se sintió orgullosa.
Marianela, halló marido en otra parte y sólo volvió a tener noticias
de él cuando le dejó un mensaje en el contestador:
“Yo sabía, nunca me
quisiste Mi primo te vio en el colectivo En el brazo, abajo de mi nombre, te pusiste Gardel! Es lo mismo que borrarme!
Para eso te hacías el rectángulo negro…!!!!”
La Vane
(Amy)
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